Con el desarrollo del pensamiento se desarrolló también la capacidad del cerebro humano de reconstruir mentalmente la idea de los objetos y los fenómenos de su medio circundante, después de su observación directa. A esta cualidad mental se deben las primeras tentativas de reproducir dichas ideas en imágenes gráficas efectivas. El hombre pudo representar gráficamente los objetos sólo después de que en el proceso del trabajo alcanzaran un alto grado de perfección sus órganos, especialmente la mano, y se desarrollaran los instrumentos.
En las paredes de las cuevas y en los declives de las rocas empezó a dibujar hombres y animales con los que describía hechos vitales para su supervivencia. Nos han dejado escenas de caza y en general, todo cuanto llenaba su vida y que hasta entonces, había retenido por largo tiempo en su memoria. Los trazos al principio eran muy simples y lineales, pero con el tiempo añadió color obtenido de mezclas minerales. Estas obras y su manera de ejecución estuvieron condicionadas por la misma sociedad humana y su manera de vivir y reflejaban el grado de comprensión del hombre por la naturaleza que le rodeaba.
El primer gran hito del hombre vinculado con la necesidad de expresar su pensamiento lo encontramos ahí, en los grabados realizados en las paredes de las cuevas. Los hombres de esas comunidades primitivas levantaron su mano y con un objeto punzante empezaron a dibujar y a grabar sobre la piedra sin sospechar que miles de años más tarde sus pinturas, serian consideradas las primeras representaciones artísticas, lo que se conoce como Arte Rupestre. Él había sentido la necesidad de dejar constancia de sus ideas y emociones, y por eso nos dicen, ---Yo estuve aquí--- esto vi.--, -- así lo sentí --.
Las representaciones encontradas son arte y a la vez un medio de comunicación, pero la idea del hombre nació como arte de expresar gráficamente lo que veía. Considerar las pinturas y los dibujos del arte Rupestre, sólo como una forma de comunicación corre el riesgo de confundir la naturaleza del lenguaje. Porque las palabras y las pinturas, pertenecen a esferas, manifestaciones y expresiones diferentes.
La necesidad de expresar todo lo que sucede a nuestro alrededor ha sido una constante desde los albores de la humanidad. La motivación básica de mostrar y relatar en espacios públicos su mundo circundante y su vida cotidiana sigue y esta ahí, siempre presente. Sólo han cambiado las técnicas, los conocimientos y los aprendizajes.
Hoy miramos esas pinturas y vemos que nos están contando una historia, la historia de las comunidades prehistóricas. Nos dicen donde vivían, como vivían, de que vivían, nos hablan de cómo era el mundo que les tocó vivir. Marcaban la separación de lo público y lo privado. Lo público estaba representado por los elementos históricos, la comunidad gentilicia (las gens) el territorio, el colectivismo y el trabajo social, la propiedad social de los medios de producción. Lo privado, representado por el individuo, el mundo circundante y la vida cotidiana.
La vida siguió su curso y la sociedad y el hombre avanzando y desarrollándose, surgen la propiedad privada sobre los medios de producción, las clases sociales, el Estado como órgano de las clases dominantes, cuyo papel y función es defenderla, usando la opresión de clases. Es en este contexto histórico en que desde sus orígenes el arte rupestre resurge y se reencarna en el graffiti como una respuesta, como una necesidad de la historia. Recordemos que el arte desde su nacimiento, es la reproducción por medio de imágenes artísticas del ambiente real en que vive el hombre. El graffiti tiene sus orígenes en el esclavismo, y seguramente como una expresión en contra del orden establecido.
Los arqueólogos, los historiadores han encontrado los graffitis más antiguos en las ruinas de las antiguas ciudades de Roma, Pompeya y también en monumentos del antiguo Egipto.
Se llama graffiti a varias formas de inscripción o pintura, generalmente sobre propiedades públicas o ajenas (como paredes, vehículos, puertas y mobiliario urbano especialmente pistas de skate). En el lenguaje común, graffiti incluye lo que también se llama pintadas: es decir pintar en las paredes letreros, preferentemente de contenido político o social sin el permiso del dueño.
Según dicen algunos escritores "el graffiti es guerrilla urbana, lucha en contra de lo establecido, es la libertad de expresión en estado puro. Expresarse más allá de las leyes, más allá de las normas, de lo que se puede y no se puede hacer. El graffiti toca todas las superficies, mucho, poco tiempo, muchos colores, pocos. No sólo es el hecho del vandalismo sino de expresarse donde no está permitido, mostrando tu obra a todo el mundo. El graffiti es una crítica y una agresión allí donde se haga, sin límites, sin censura.
Los orígenes del graffiti moderno están determinados en cuanto a la separación de lo público (historia, poder) y lo privado (individuo, vida cotidiana). Son transgresores, cuestionadores, están en contra del sistema y orden establecido y irradian una aptitud de poder y de a partir de este de cambios en favor de las mayorías desposeída, marginada y con ilusiones, de igualdad, democracia, solidaridad y justicia social.
Muchas personas confunden al graffiti con lo que hacen los vándalos, quienes se encargan de ensuciar las paredes con aerosoles, pintando lugares públicos y los históricos, sin ningún tipo de miramiento o respeto. Esta no es una situación nueva, en la ciudad de Pompeya se han encontrado escritos, en donde los ciudadanos piden que no ensuciar las fachadas de sus casas.
El fondo del problema está en poder dar respuesta a la pregunta de ¿por qué lo hacen? Tendría fácil solución si se tratara de falta de espacios. En este caso podrían habilitarse lugares al aire libre donde pudieran expresarse con total libertad en cuanto a motivos y pinturas. Sus creaciones, sus murales formarían parte del paisaje urbano y serían temporales, para que pudiera ser ocupado ocupando por otros.
Pero además de estos grupos podríamos decir creativos, no podemos olvidarnos de todos aquellos que forman un colectivo mucho más invasivo. Me refiero a todos aquellos que armados con un spray, escudándose en la oscuridad, alertas para no ser descubiertos asaltan cualquier puerta, persiana, pared, farola, banco, suelo, nada está exento de ser estampando con símbolos, letras, garabatos. No pretenden ser artistas, quieren expresar su identidad, un deseo de decir—Eh, tú aquí estoy yo. Es una manera de llamar la atención, una forma de comunicarse, de darse a conocer. Y son transgresores--¿no se pueden hacer pintadas? — ¡Pues ahora te vas a enterar!. Toma! Ahí por donde pasan, en cada calle, en cada rincón su firma (graffiti). Se dan a conocer pero anónimamente. Un símbolo no dice nada acerca de la persona que lo ha hecho. Ellos usan alias que los representan, muy pocos los conocen, pero el resto de la gente puede referirse a ellos. En este sentido, el fenómeno conocido en la psicología de masas, como rumor, hace que qué el hecho se propague como el viento por las calles de la ciudad —Mira este ha sido capaz de pintar en el monumento de... Para estos puede llegar a convertirse en una competición. A ver quien es el más osado, en cuantos espacios que tu seré visible. En estos casos, se podría creer que el graffiti es individual y que pasa a ser grupal por imitación, “si este pinta, yo, también pinto”.
Los verdaderos graffiteros no hacen eso, sino que utilizan ese arte para expresar un sentimiento, un ideal, un mensaje reflexivo o un reclamo político o social, en fin, nos dan su visión particular del Mundo. Los graffitis son un medio de expresión de los marginados, de los clandestinos y perseguidos por ir en contra del orden establecido.
Este arte está hecho para ser visto por muchos, pero es entendido por pocos. La diferencia de estos dos grupos, Vándalos y Graffiteros, es que los vándalos pintan para marcar su territorio, mientras que los verdaderos graffiteros pintan para manifestar su arte. Cuando no se entiende la diferencia de estos dos grupos surge la mala reputación de este Arte Callejero.