Hasta hace unos años las cartas de amor eran los medios utilizados por los jóvenes novios para demostrarse su afecto y cariño. Con la evolución de la tecnología, las cartas han sido reemplazadas por la moda del “sexting”, que hoy se ha convertido en la nueva forma en que una pareja “se demuestra cariño”, sin tener en cuenta las consecuencias que esto puede ocasionarles. Adicional a esto, hay otra parte de la población juvenil que usa el sexting para divertirse o también con fines de crear popularidad y lograr aceptación entre su grupo de amigos.
Qué es el sexting?
El término sexting nació de la conjunción de las palabras “sex” (sexo) y “texting” (envío de textos) para referirse al envío de imágenes de ellos mismos o de amigos con poca ropa o en posiciones eróticas a través de celulares, computadoras con cámara u otro dispositivo electrónico.
Todo surge cuando los adolescentes deciden tomarse fotos o videos con las características descritas y las envían inocentemente a un chico(a) que quieren conquistar, pues confían en que el receptor se quedará con las imágenes. Sin embargo, la mayoría de las veces dichas imágenes suelen transmitirse de persona en persona hasta proliferarse en la web rápidamente, dejando al protagonista de la foto o video en boca de todos.
Según los expertos, las causas de este fenómeno van desde la desatención familiar hasta el mayor acceso a los medios tecnológicos sin el control y orientación de los padres, situación que pone en riesgo a los chicos quienes no poseen el criterio para medir lo que implica subir a la web o enviar por celular fotos o videos íntimos.
¿Por qué lo hacen?
Como padres de familia es importante detener esta situación, ya que pone en riesgo la seguridad y la integridad de los hijos, no únicamente adolescentes sino que cada vez más menores de edad practican este tipo de actividad. Para ello el portal Almas (Asociación por la madurez afectiva y sexual) expone la importancia de entender por qué lo hacen:
- Porque creen que una imagen en su celular está segura sin darse cuenta que puede existir: un robo, un error, una broma, un extravío, y poner en riesgo su seguridad.
- La segunda razón es que los adolescentes confían plenamente en la discreción y el amor eterno, por parte del destinatario del envío. Carecen de experiencia vital suficiente que les invite a pensar en que las cosas, en la vida, cambian por muy diversos factores.
- Los adolescentes al tener la necesidad de sentir que pertenecen a un grupo pueden llegar a sentir cierta presión que les lleva a ganar notoriedad y aceptación en este contexto, el digital, tan importante para ellos. Este factor, añadido a la plenitud hormonal, puede generar combinaciones poco recomendables.
- Las figuras que admiran los adolescentes son generalmente artistas, cantantes, modelos que pocas veces se muestran recatados, y respetuosos hacia su propia persona. La mayoría de las veces los adolescentes imitan a este tipo de personajes.
- Desconocen las consecuencias pueden llegar a tener en casos de que tengan este tipo de actividad.
- La natural falta de percepción del riesgo que acompaña a la
adolescencia y el espíritu transgresor desencadenan ciertos desafíos. En
algunos casos resulta simplemente divertido, en otros, sirve para
coquetear o dar otro contenido a una relación.
Algunas cifras
Datos del National Crime Prevention Center Council, indican que el 65% de los jóvenes envían sexting para divertirse, mientras que el 52% de las adolescentes han enviado algún sexting como “regalo” para su novio. Además se reporta que el 60% de los adolescentes nunca ha comentado a sus padres sobre esta práctica.
El problema no es la tecnología, sino cómo hacemos uso de ella. “Tenemos que entender que todo viene de casa: los padres de hoy crecimos sin esta tecnología, por lo tanto no hemos aprendido sobre lo que se puede y no se puede hacer en las redes sociales, y nos resulta difícil llegar a educar a los jóvenes en estos temas”.
¿Qué hacer como padres?
Algunas recomendaciones para orientar a los hijos ante esta moda:
- Formarles conciencia acerca de la importancia de su cuerpo y su integridad en general.
- Mostrarles las consecuencias que tiene el tener este tipo de prácticas.
- Fomentar su autoestima, un chico o chica con alta autoestima y un buen sentido de sí, no permitirá que esto le ocurra.
- Enseñarles la importancia de no reproducir o reenviar este tipo de mensajes en caso de que reciban alguno.
- Crear un vínculo de confianza con los hijos, de forma que se puedan comunicar de manera asertiva y así asegurarse que sean los padres las primeras personas contactadas en caso de necesitar ayuda.
- Orientar a los hijos hacia el uso responsable de la tecnología y los riesgos asociados a ella. Si se le va a dar un celular a un menor, se le debe explicar para qué es, lo que pueden hacer con él y lo que no.
- No restringirles el uso de tecnología. Comúnmente la curiosidad, acompañada de la restricción de los padres, conlleva a que los chicos busquen la información a través de amigos y de una manera irresponsable.
- Ubicar las computadoras preferentemente en lugares visibles dentro de las casas, como en pasillos o en la sala, en los cuales los menores puedan ser supervisados por adultos y no se les permita tener demasiada intimidad con la computadora.
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