16 julio 2007

CUANDO EL AMOR SE TERMINA.

Te quiero pero No te Amo !!¿Quién no se ha visto alguna vez “torturado” por esta simple pero compleja frase? Hay quienes la dicen porque ya no sienten lo mismo que antes. Cuando la pasión se termina, ¿es posible continuar con la relación? Veamos el siguiente caso: Pablo le dice a Natalia, después de tres años de noviazgo, que está raro, que no sabe bien qué le pasa con respecto a la relación, que se siente desganado casi en todos los aspectos. Ella lo interrumpe con un tímido “¿Qué pasa, ya no me amás?” a lo que él le responde con un previsible “te quiero, pero creo que ya no estoy enamorado”. Chan! ¿Y ahora como sigue todo? ¿Es esta la antesala de la separación? ¿Se puede continuar después de esta declaración? A continuación, desmenuzaremos la definición del amor. La Real Academia Española lo define como el sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. Entonces, cuando alguno de estos condimentos se evaporan es señal de que ¿ya no existe el amor?. Nada se pierde, todo se transforma. Según la lic. Marisa Nicolás, Psicoterapeuta del Hospital Cosme Argerich, el amar está más ligado a la pasión y es ésta la que mueve, genera, excita y erotiza. “Todo tiene el máximo puntaje cuando la pasión está puesta en el otro, ese ser que Yo hago a mi modo, el que Yo dibujo para amar y admirar”. El entusiasmo es transitorio, tiene un tiempo de duración, necesita nutrirse constantemente. Pero, ¿qué ocurre cuando por diversos motivos, eso que nos mantenía con fuerza activa desaparece?. La licenciada opina que del tipo de relación dependerán las diferentes formas de reacciones, “hay quienes con la desaparición de esta pasión, renuncian ante la frustracion de la pérdida, mientras que otros, entran en negociación (permanente) para seguir queriéndose mucho, con la profunda ausencia de la pasión y lo que ello significa”. Al hablar de amar y querer, para algunos es imposible diferenciar estos dos sentimientos mientras que para ciertas personas el amar es la reafirmación del querer, donde no existen dudas en cuanto a lo que los une. En una tercera opinión, el amor está directamente ligado a lo pasional mientras que el querer va de la mano del cariño, del conocimiento y de un sentimiento ya más arraigado que se instala con el paso del tiempo. También en esta instancia las personas se interrelacionan, lo cual puede significar el fín de una forma de relacionarse que –si los dos así lo desean- dará comienzo a una nueva instancia en la pareja. “Los que negocian encuentran otras etapas y herramientas. El valor también está en quedarse y remontar nuevas formas lo cual a veces es más complicado. Queremos vivir a cien y cuando tenemos noventa y nueve nos desilusionamos”, concluye Marisa Nicolás. Y cuando hablamos de amor también aparecen otros sentimientos y emociones tales como el enamoramiento, la dependencia, los celos, la atracción. Y de ahí las ambivalencias que hacen que algunas veces no se logre comprender claramente lo que se siente por la otra persona. El concepto de amor no es exclusivo de la pareja, existe cuando el bienestar y la seguridad de otra persona son tan importantes como el nuestro, o más. Más allá de las palabras, la importancia está en los hechos. De nada servirá un “te amo” si las acciones que lo acompañan son de descuido, agresión y malos tratos. De mucho servirá un “te quiero” si hay detrás interés, cuidado, comprensión y tolerancia. El valor de las palabras, ¿qué peso tienen?. Bastante, seguramente. Tanto, que algunas veces nos ciegan y confunden. Sería bueno tener en cuenta que ciertas veces en el amor, los grises, también están permitidos.

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